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La población latina es el grupo que ha crecido más demográficamente en los estados cruciales para esta elección. ¿Podrá elegir al próximo presidente o presidenta?

Dom DiFurio, Elena Cox on

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Photo Illustration by Elizabeth Ciano // Stacker // Getty Images 1/5

La población latina es el grupo que ha crecido más demográficamente en los estados cruciales para esta elección. ¿Podrá elegir al próximo presidente o presidenta?

Lejos de los estados fronterizos del sur en elecciones previas, la contienda por captar el voto latino antes del 5 de noviembre se halla esta vez concentrada en el disputado "enclave latino" de Pensilvania, y ambos bandos han plantado allí sus banderas firmemente.

La campaña de Trump abrió en junio una oficina en Reading, Pensilvania, donde reside el mayor número de latinos de este estado clave para ganar la elección. Casi siete de cada diez residentes de esta antigua ciudad industrial son latinos, muchos de ascendencia puertorriqueña y dominicana. La oficina con pancartas que leen "Latino Americans for Trump" y "Stop Illegal Voting" (Pare el Voto Ilegal) es muy visible entre los demás espacios corporativos cercanos.

Dos meses después, la campaña de Harris abrió una oficina en Reading, Allentown, a una hora de manejo hacia el noreste, donde aproximadamente la mitad de la población es latina. Doug Emhoff, esposo de Kamala Harris, visitó la sede a principios de septiembre, y congregó una gran multitud frente a un cartel que decía, en español, contundentemente: "Cuando luchamos, ganamos".

Reading y Allentown son parte del enclave latino en Pensilvania, y ponen de manifiesto el conjunto de ciudades que algún día pertenecieron a la clase obrera y al "Rust Belt" o la región manufacturera industrial el estado. El cierre de fábricas y el declive demográfico convirtieron a la región en uno de los mercados inmobiliarios más asequibles del noreste, un atractivo para las familias latinas de urbes cercanas interesadas en comprar una vivienda.

La población que dejaría atrás las caras zonas urbanas de Nueva York y Filadelfia, no tuvo problemas para llenar los puestos vacantes en las fábricas, a lo que veían nuevos empleos aparecer en las numerosas empresas de logística y distribución de toda la costa atlántica, a menudo a lo largo de las autopistas que atraviesan las zonas más alejadas de la expansión metropolitana de Filadelfia. Impulsados por la promesa de un futuro mejor, un creciente número de latinos que viven en esta región es una de las principales razones por las que el antiguo centro industrial se ha convertido en un foco electoral, en el que ambos partidos utilizan novedosas tácticas para conseguir votos.

Con una contienda presidencial inminente, y prácticamente empatada, Stacker hizo un análisis del codiciado voto latino en los estados cruciales que determinarán la elección en noviembre.

Nota de la redacción: Stacker reconoce que hispano y latino no son términos intercambiables. El uso de hispano y latino fue adaptado al lenguaje de las fuentes que se utilizaron para este artículo.

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Una influencia cada vez mayor

Desde que se llevaron a cabo las elecciones legislativas del 2020, la población hispana de Pensilvania ha crecido en un 8,6%. Es decir, es la población de mayor crecimiento en los seis estados en disputa para la elección presidencial, con un crecimiento de latinos superior a la media, desde las últimas elecciones. El número de hispanoamericanos en los Estados Unidos alcanzó los 65 millones de personas en el 2023, según el último censo. Ese incremento, impulsado por una mayor tasa de natalidad y una mayor inmigración del exterior, representa el mayor crecimiento poblacional del país comparado con el año anterior.

"Los latinos, en particular, creen en el sueño americano, por eso muchos han emigrado a este país", dijo la consultora política y ex miembro del personal de Kamala Harris, Maria Restrepo, a Stacker. "Por eso mi madre y yo emigramos aquí".

Restrepo, una inmigrante colombiana que creció en la región de Lehigh, Pensilvania, ahora densamente latina, cree que la participación electoral de la población latina seguirá aumentando junto con el incremento de su influencia económica y cultural en la zona.

Ambas campañas electorales tienen mucho trabajo por delante. Como ya se ha visto en las elecciones anteriores, no es suficiente vender su discurso a una creciente población latina que ha dado a entender que su voto no depende simplemente de la solidaridad identitaria o de mensajes monotemáticos.

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Los Demócratas pierden terreno, aunque Harris lleva la ventaja

En las últimas décadas la población latina ha demostrado un mayor compromiso político.

El porcentaje del electorado hispano que acudió a las urnas en los Estados Unidos, creció de un 44% en 1996 a un 54% en el 2020; y del 2020 hasta la fecha, el número de personas que cumplen los requisitos para votar aumentó en 4 millones. Es decir, el número de latinos que ejercieron su voto en el 2000 se vio duplicado hasta llegar a los 36,2 millones de votantes latinos.

Algunas estrategias electorales de este ciclo han reconocido, finalmente, que la diáspora de hispanos y latinos no es un monolito. El bloque de votantes está conformado por inmigrantes recientes, así como por múltiples generaciones, descendientes de inmigrantes de casi veinticuatro países de Centro y Sudamérica, así como de España y el Caribe.

Un ejemplo de ello es la imagen renovada de la campaña de Trump para el electorado latino, la cual hace hincapié en la ciudadanía estadounidense; así como la nueva táctica de la campaña de Harris para restarle importancia a la política identitaria y enfocarse más bien en los temas que le preocupa a esta población.

En el 2020, el electorado hispano se hizo presente en el marco de una pandemia que afectó enormemente a su comunidad. La elección tuvo una participación histórica del voto hispano, siendo la primera vez desde 1992 —cuando el Demócrata Bill Clinton venció al Republicano George H.W. Bush— que más de la mitad de hispanos participaron en las elecciones presidenciales.

Esta participación del electorado hispano formó parte clave de una coalición que entregaría la Casa Blanca en el 2020 a Joe Biden y a su vicepresidenta Harris. Trump, sin embargo, no se quedaría atrás: hubo más latinos que votaron por él en el 2020 que en el 2016.

Según un informe publicado en el 2021 por Equis Labs, una empresa de investigación que se inclina hacia los Demócratas, el porcentaje electoral por Trump en estados cruciales incrementó en distritos densamente poblados por latinos. En el condado de Maricopa, Arizona, por ejemplo, el candidato recibiría 64% más de votos que en el 2016. En Milwaukee, los votos por Trump aumentaron en un 38%.

Estos avances supusieron un cambio en el voto latino, que en el pasado era considerado como favorito para los Demócratas. El potencial que este vibrante e importante bloque de votantes tiene para influenciar los resultados de las elecciones es evidente y se ve reflejado en las últimas encuestas. Aunque Harris lidera en las encuestas con el voto latino, los Demócratas deben enfrentar el hecho de que el apoyo de esta población para el partido es el más bajo de los últimos cuatro ciclos electorales presidenciales.

Para ganar, Harris debe recuperar el territorio perdido en estados clave como Pensilvania, especialmente ahora que la campaña presidencial ha llegado a su cénit. Lograr incluso mover la aguja un punto puede ser crucial y ambos partidos aspiran a ofrecer mensajes convincentes a los votantes indecisos, mientras también convencen a la gente que ya decidió, a que salgan a votar.

Históricamente, conseguir que la gente joven asista a las urnas, ha sido un reto. Según UnidosUS, un grupo en defensa de los derechos civiles latinos, uno de cada cinco votantes latinos será una persona joven adulta que ejercerá su voto por primera vez en noviembre. Esta población es "significativamente" más proclive a identificarse como independiente, señala UnidosUS, lo que sugiere que esta cohorte de votantes puede ser disuadida por los mensajes de una u otra campaña.

"Todavía hay personas indecisas, y con razón", dijo Restrepo. "Los temas que les importan a estos individuos están relacionados más que nada con la economía, y también con los derechos reproductivos".

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En temas como la economía y los derechos reproductivos, ambos partidos están tratando de ofrecer un hogar al voto latino

Junto con la inmigración y la salud, los derechos reproductivos y la economía son puntos clave para el electorado hispano, según una encuesta realizada en agosto por Univision y YouGov. Y a medida que aumenta la inflación, el precio de la vivienda también ocupa un lugar central en su decisión.

"Un gran motivo de orgullo para los latinos es poder ser propietarios de su vivienda", dijo Restrepo.

En los últimos cuatro años, ser propietario de una vivienda se ha convertido en una parte cada vez más inalcanzable del "sueño americano". Los elevados tipos de interés y los precios récord de los inmuebles los han mantenido fuera del alcance de muchos trabajadores estadounidenses. Impulsados por el auge inmobiliario durante la pandemia del COVID-19, los precios de las casas en algunas zonas del sureste de Pensilvania, de población mayoritariamente latina, prácticamente se duplicaron en los últimos cinco años. En la ciudad natal de Joe Biden, Scranton, el precio medio de una casa alcanzó los 193 mil dólares en agosto de 2024.

"Para aquellas personas que llegaron en los últimos 10 o 15 años, que crearon vínculos con la economía y están pensando en mudarse de un apartamento o una casa de alquiler a su propio hogar, hacer ese cambio les está resultando muy difícil", dijo Christopher Borick, profesor de ciencias políticas y director del Instituto de Opinión Pública de Muhlenberg College en Pensilvania, a Stacker.

Tanto Harris como Trump han abordado la problemática de la asequibilidad de vivienda. Trump ha declarado que eliminará las normas restrictivas de zonificación para la construcción de nuevas viviendas, pero también ha argumentado que su plan de deportación masiva de inmigrantes que viven ilegalmente en el país liberará el acceso a la vivienda. Harris, por su parte, ha prometido construir 3 millones de viviendas más, dar decenas de miles de dólares a quienes compran su casa por vez primera y tomar medidas enérgicas contra las prácticas algorítmicas para fijar el precio de los alquileres.

Mientras tanto, los votantes también están sintiendo el impacto sofocante del aumento en los costos del alquiler, según Nancy Herrera, directora del programa de Arizona en Poder Latinx, una organización de participación cívica no partidista que organiza eventos para la comunidad latina en seis estados. En Phoenix, donde una de cada tres personas se identifica a sí misma como hispana, los alquileres se han disparado en un 30% desde el 2020.

Entre algunos grupos del electorado latino, la preocupación por la vivienda puede verse eclipsada por la urgencia de los derechos reproductivos, especialmente en estados como Pensilvania y Arizona, donde existen más restricciones contra el aborto.

En Arizona, donde se calcula que habitan 1,3 millones de latinos con derecho al voto, el electorado decidirá si se aprueba la Proposición 139 para enmendar la constitución del estado que garantizaría el derecho fundamental al aborto. En este estado del Gran Cañón, las mujeres latinas con capacidad de gestar constituyen una porción mucho mayor del electorado que las mujeres blancas, según el Latino Policy & Politics Institute de UCLA.

El derecho a la justicia reproductiva es una pieza central de la estrategia de la campaña Demócrata, a lo que el partido arremete contra Trump por nombrar magistrados y una magistrada que anularían la decisión del Tribunal Supremo para proteger el derecho al aborto y su atención médica. Trump, por su parte, dijo recientemente que vetaría una prohibición federal del aborto. Herrera dice que es un tema "delicado" entre ciertos sectores de la comunidad latina que tienden a ser más religiosos. Sin embargo, también dijo que la brecha generacional sobre el aborto parece estarse encogiendo. Una encuesta realizada en septiembre por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research reveló que la mayoría de los hispanoamericanos apoyan de alguna forma el acceso al aborto.

"Existe [más] gente latina mayor que entiende sobre la justicia reproductiva y entiende por qué estamos luchando por ella", dijo Herrera a Stacker.

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Amplificando la participación electoral

Lograr una oleada del voto latino dependerá en gran medida del resultado de los esfuerzos contrapuestos de ambas campañas presidenciales, como está ocurriendo en Pensilvania, así como del impacto de grupos no partidistas como Poder Latinx para fomentar la participación electoral y ayudar a eliminar las barreras al voto.

Poder Latinx tiene un equipo de 40 promotores y promotoras que van de puerta en puerta educando a la población latina en el reñido estado de Arizona. Según Herrera, la organización da atención a personas que trabajan jornadas extensas y carecen de tiempo para informarse sobre las políticas de cada candidatura, así como aquellas que no entienden el proceso del registro al voto o las papeletas que reciben por correo.

Estudios previos han demostrado que la juventud latina de todo el país, que constituye la mayor parte del electorado latino, debe enfrentarse a barreras para participar en las elecciones, y además votan en porcentajes más bajos que cualquier otro grupo demográfico. A menudo es porque carecen de interés y tiempo, o porque desconocen cómo registrarse para votar; también es menos probable que reciban esta información.

Como residente de Pensilvania desde hace algún tiempo, y criado en Scranton, Borick ha analizado los cambios demográficos y el panorama político del país. La baja participación electoral, en relación con el potencial del voto latino, ha mitigado su poder político, lo que ha llevado a caracterizar a esta población como un "gigante dormido" o un "grupo demográfico no alcanzado" que podría ejercer su fuerza política en cualquier momento, afirma Borick.

La mitad de la población latina de todas las edades encuestada por UnidosUS afirmó que ninguna de las campañas de ambos partidos se había puesto en contacto con ellos para hablarles sobre las próximas elecciones. En los últimos meses, ambas campañas se han apresurado para empujar su alcance en estados cruciales que determinarán esta elección, como los son Nevada, Wisconsin, Carolina del Norte y Georgia. El éxito de estos esfuerzos tendrá un amplio impacto en los cuatro años próximos.

Desde su perspectiva estratégica en Pensilvania, el buzón de Borick se ha visto inundado de correo electoral y le cuesta creer que otra gente latina no esté pasando por lo mismo. Las campañas están "cargadas de dinero" y "hablando mucho" sobre cómo están movilizando el voto en la comunidad hispana, insiste el profesor.

"Pero qué tan efectivas y exitosas han sido hasta ahora, eso es un tema incierto", dijo.

Redacción de Alizah Salario. Edición adicional de Nicole Caldwell. Redacción de Tim Bruns. Traducción al español de Sofía Jarrín.


 

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